25.3.10

Callejeando I. Rostros sospechosos y solitarios

Vas caminando con tu destino en mente, escuchando música o algún podcast con los auriculares puestos, aislándote al máximo del ruido de la calle, las personas, los coches; de la normalidad callejera.

Entonces te adentras en una calle más oscura, menos transitada, más silenciosa... Aunque lleves el mp4 a todo volumen, lo notas. Sigues caminando pero observas y te das cuenta de esa quietud. Las pocas personas con las que te cruzas te parecen más raras de lo normal y empiezan las paranoias, te entra el miedo.

¿Por qué cuando caminas por un callejón así ves a ese tipo de personas con las que no es agradable cruzarte, con las que no te sientes cómodo compartiendo acera?
¿Es que sólo caminan por ahí? ¿o somos nosotros, que cuando hay más multitud no les vemos y sólo vemos la multitud?
¿Qué nos hace sentir esa incomodidad al ver sus rostros?
¿Por qué tenemos la manía de juzgar a las personas por sus apariencias?
Puede parecerte que alguien tiene cara de psicópata y en realidad ser una maravillosa persona, no lo puedes saber sin conocerle.
¿Por qué pensamos que nos está siguiendo alguien cuando nos encontramos en una situación así?

Es como si nos pusiéramos alerta instantáneamente y casi inconscientemente.
¿Para qué? ¿Para tener que defendernos de individuos, que son personas como tú y como yo?

¿Qué nos ha llevado a sentirnos así en momentos como esos?
¿La televisión? Es posible.
¿La violencia que nos muestran cada día en las noticias y en los periódicos, que sucede de verdad? Es posible.

¿Por qué somos una especie autodestructiva y egoísta?
¿Tan difícil es... respetarse entre iguales?

Parece que, desgraciadamente, sí.


2 comentarios:

Silvia dijo...

Cuánta razón tienes, aunque... ¿quién no se ha sentido así alguna vez?

Besitos ^.^

calcetinrayado dijo...

La verdad es que sí, yo creo que la mayoría de las personas, sobretodo las chicas, hemos pensado algo así cuando caminábamos por ese tipo de calles y nos cruzábamos con esos desconocidos.