27.12.08

La Niña de los Tres Nombres

Esta tarde, un sábado cualquiera en fechas navideñas, he visto el libro que me regalaron mis amigas en el escritorio, con el punto de libro señalando un cuarto de libro y abandonado, porque ya hacía bastante que lo había empezado y hacía mucho que no leía. Y me he propuesto terminarlo antes de que acabara el año. En esta misma tarde lo he acabado, me he metido en la historia tanto que no me he podido desenganchar hasta llegar al final.



Título: La niña de los tres nombres
Autor: Tami Shem-Tov
Año: 2008
Núm. páginas: 288

Contraportada:

Hay novelas que se deben leer.
Porque te cambian, porque se quedan contigo durante mucho tiempo, porque sus personajes se convierten en tus amigos y lo que les sucede pasa a ser de tu incumbencia. Novelas que hacen del mundo un lugar mejor. Historias sobre gente extraordinaria que transforman lo cotidiano en mágico y lo imposible en posible.
Son los libros que te llevarías a una isla desierta, que regalarías a tus amigos
(como me han regalado a mí) o que querrías querrías que tus hijos leyeran.
“La niña de los tres nombres” es una de esas novelas.

En ella encontrarás personajes inolvidables y, sobre todo, conocerás a Lieneke, una niña de nueve años muy, muy especial, y a su padre, un hombre divertido, sensible e inteligente que durante dos años realmente difíciles le envió unas cartas tan maravillosas que hoy están en un museo y millones de personas las admiran. Y es que Lieneke y su padre existieron en realidad. Y sus cartas se reproducen en las páginas de esta novela. Un legado de optimismo y sutileza del que todavía hoy todos podemos aprender.

“La niña de los tres nombres” es todo esto, e incluso un poco más. Es un libro entre un millón.


Justo antes de este, leí el de El niño con el pijama de rayas, y este que he leído está dentro del mismo marco histórico de guerra que este. Pensé que tanta historia, tanta guerra, me cansaría (temas que no me entusiasman) y lo abandonaría para leer otro tipo de cosas. Pero no fue así. Lo abandoné, es cierto, pero no por otra lectura sino por la no-lectura. Y al reemprenderlo me enganché tanto a la historia que en una tarde me he fulminado tres cuartos de libro y no es tan fino. Visto desde la perspectiva de los niños todo cambia. La inocencia te hace ver las cosas serias de otra forma. Las historia explicada en sí, hecho por hecho, es un coñazo. Pero a través de las vivencias de unos niños, con las anécdotas, se hace mucho más ameno, más entretenido, incluso más entendible. Y sobretodo, si es una historia real, que han ido montando y recopilando información, juntándolo todo como un puzzle. Ha sido fascinante, muchas gracias, fue un gran regalo. Un notable.

Aquí podéis encontrar un poco de sinopsis sobre el argumento del libro. Pero siempre recomiendo no saber nada si tienes intención de conocerlo (en este caso leerlo) por el placer de descubrirlo todo por ti mismo.

Ahora me apetece alguno finito, así que el libro que me regalaron mis amigos de uni tendrá que esperar. Pero voy a leer algo del mismo autor que ese, un autor que me fascina últimamente. Un libro que me recomendaron hace tiempo, un libro que no encontré en ninguna biblioteca y que al final me lo ha terminando enviado por correo esta persona que me lo recomendó para que pueda disfrutarlo. El país de las últimas cosas, de Paul Auster.

2 comentarios:

Elyon_Lannister dijo...

Pues no lo conocía, pero El niño con el pijama.... no me entusiasmó mucho la verdad... aún así como es finito le daré una oportunidad si lo encuentro por la biblio ^^

Malest dijo...

Bueno, quizas algun dia cuando me aficione (otra vez) a la lectura le pego una leida rapida...

Muaks! Feliz año!